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principio de subsidiariedad doctrina social de la iglesiaprincipio de subsidiariedad doctrina social de la iglesia

principio de subsidiariedad doctrina social de la iglesia23 Sep principio de subsidiariedad doctrina social de la iglesia

En efecto, en ella contemplamos la victoria del amor divino que ningún obstáculo puede detener y descubrimos a qué sublime libertad Dios eleva a los humildes. La viva percepción de los obstáculos que impiden el desarrollo de la libertad y que ofenden la dignidad humana es el origen de las grandes aspiraciones a la liberación, que atormentan al mundo actual. Declaración Dignitatis humanae, n. 10. En la Doctrina social de la Iglesia se entiende por principio de subsidiariedad el principio en virtud del cual el Estado solo debe ejecutar una labor orientada al bien común cuando advierte que los particulares o los organismos intermedios no la realizan adecuadamente, sea por imposibilidad o sea por cualquier otra razón.. La participación, indica el Compendio, es uno de los pilares del sistema democrático. 14. Pero es sobre todo en el siglo de las Luces y con la Revolución francesa cuando resuena con toda su fuerza la llamada a la libertad. Según la tradición, la historia de la Iglesia católica comienza en el año 33 1 con Jesucristo y sus enseñanzas (c. 4 a. C. - c. 30 d. C.) y la Iglesia es una continuación de la comunidad cristiana primitiva establecida por los discípulos de Jesús. [126] Cf. En el campo de las conquistas sociales y políticas, una de las ambigüedades fundamentales de la afirmación de la libertad en el siglo de las Luces tiende a concebir el sujeto de esta libertad como un individuo autosuficiente que busca la satisfacción de su interés propio en el goce de los bienes terrenales. La Virgen magnánima del Magnificat, que envuelve a la Iglesia y a la humanidad con su plegaria, es el firme soporte de la esperanza. El sentido de la fe, que es el origen de una experiencia radical de la liberación y de la libertad, ha impregnado, en grado diverso, la cultura y las costumbres de los pueblos cristianos. Pero será una grave perversión tomar las energías de la religiosidad popular para desviarlas hacia un proyecto de liberación puramente terreno que muy pronto se revelaría ilusorio y causa de nuevas incertidumbres. Op. LXII, 2006: 48-72. El don divino de la salvación eterna es la exaltación de la mayor libertad que se pueda concebir. Al obedecer a la ley divina grabada en su conciencia y recibida como impulso del Espíritu Santo, el hombre ejerce el verdadero dominio de sí y realiza de este modo su vocación real de hijo de Dios. En su momento fue muchas veces incomprendida. Las máquinas de muerte que se enfrentan hoy son capaces de destruir toda la vida humana sobre la tierra. Lejos pues de menospreciar o de querer suprimir las formas de religiosidad popular que reviste esta devoción, conviene por el contrario purificar y profundizar toda su significación y todas sus implicaciones[15]. La imagen de Dios en el hombre constituye el fundamento de la libertad y dignidad de la persona humana[16]. Compete a los padres el derecho de elegir la escuela a donde enviar a sus propios hijos y crear y sostener centros educativos de acuerdo con sus propias convicciones. 2010 • Carlos E Barba Solano. Su constitución jerárquica estaría opuesta a la igualdad; su Magisterio estaría opuesto a la libertad de pensamiento. [1] Es distinto del socialismo cristiano, aunque tienen raíces ideológicas comunes y las dos doctrinas dicen estar influidas … 1 Cor 11, 17-34; Instrucción Libertatis nuntius, IV, 11: AAS 76, 1984, 884; San Pablo mismo organiza una colecta en favor de los "pobres entre los santos de Jerusalén", Rom 15, 26. 12. IV. Los hombres, privados de la gracia divina, han heredado una naturaleza mortal, incapaz de permanecer en el bien e inclinada a la concupiscencia[27]. - Relación de la persona con la sociedad civil. [9] Cf. El tercer principio clásico de la doctrina social es el principio de la subsidiariedad. ORIGEN Y DOBLE SIGNIFICADO DEL TÉRMINO «SUBSIDIARIEDAD» El de la «subsidiariedad» es un principio político presente, desde hace tiempo, en la tradición de pensamiento de la doctrina social de la Iglesia Católica, de recien-te adquisición en el ámbito del ordenamiento comunitario y por último, en el dere-cho interno italiano. Pero la libertad del hombre es finita y falible. Sin embargo, la inculturación no es simple adaptación exterior, sino que es una transformación interior de los auténticos valores culturales por su integración en el cristianismo y por el enraizamiento del cristianismo en las diversas culturas humanas[142]. II Sínodo Extraordinario, Relatio finalis, II, D. 4: L'Osservatore Romano, Edición en Lengua Española, 22 de diciembre de 1985, pág. «Bienaventurada la que ha creído ...» (Lc 1, 45). Por tanto, no se debe aislar en sí mismo el aspecto político; es necesario considerarlo a la luz del designio de naturaleza religiosa en el cual está integrado[34]. Todos los compromisos que brotan de la Doctrina Social de la Iglesia «provienen de la caridad que, según la enseñanza de Jesús, es la síntesis de toda la Ley (cf. Academia.edu is a platform for academics to share research papers. También el presente documento puede favorecer el testimonio y la acción de todos los discípulos de Cristo llamados a responder a los grandes retos de nuestro tiempo. [127] Cf. La dignidad de la persona es lo que constituye el criterio para juzgar el trabajo, y no a la inversa. La centralidad del trabajo y la estructura de clases para el estudio de la desigualdad y el desarrollo. Pretende encontrar su centro y su unidad en si mismo. Los «pobres de Yavé» saben que la comunión con Él [44]es el bien más precioso en el que el hombre encuentra su verdadera libertad[45]. Son así conscientes de tener parte en el conocimiento más alto al que está llamada la humanidad[14]. I. 1 Cor 12, 22). 3; Decreto Apostolicam actuositatem, n. 7. 79: AAS 55, 1963, 294-296. Constitución pastoral Gaudium et spes, n. 59. 87. El derecho de cada hombre a la cultura no está asegurado si no se respeta la libertad cultural. Para ella, el pecado es desprecio de Dios (contemptus Dei). El amor al prójimo no tiene límites; se extiende a los enemigos y a los perseguidores. 68; Santa Sede, Carta de los derechos de la familia, art. Ha vuelto sobre el tema en otras ocasiones. Por consiguiente, todo hombre tiene derecho a un trabajo, que debe ser reconocido en la práctica por un esfuerzo efectivo que mire a resolver el dramático problema del desempleo. Mediante la audacia de la transgresión pretende llegar a ser adulto y libre, y reivindica esta emancipación no sólo para él sino para toda la humanidad. Se puede hablar entonces de estructura marcada por el pecado, pero no se pueden condenar las estructuras en cuanto tales. [1] Congregación para la Doctrina de la Fe, Instrucción sobre algunos aspectos de la teología de la liberación (Libertatis nuntius), Introducción: AAS 76, 1984, 876-877. Ocultar / Mostrar comentarios . Mt 22,36-40)». Atestigua que esa dignidad no puede ser destruida cualquiera que sea la situación de miseria, de desprecio, de rechazo, o de impotencia a la que un ser humano se vea reducido. San Pablo nos lo advierte: «Para que gocemos de libertad, Cristo nos ha hecho libres» (Gal 5, 1). Pero quienes desacreditan la vía de las reformas en provecho del mito de la revolución, no solamente alimentan la ilusión de que la abolición de una situación inicua es suficiente por si misma para crear una sociedad más humana, sino que incluso favorecen la llegada al poder de regímenes totalitarios[117]. Existe una moralidad de los medios[118]. Al anunciar y preparar esta nueva era, los Profetas denuncian con vigor las injusticias contra los pobres; se hacen portavoces de Dios en favor de ellos. El amor cristiano, gratuito y universal, se basa en el amor de Cristo que dio su vida por nosotros: «Que os améis los unos a los otros; como yo os he amado, así también amaos mutuamente» (Jn 13, 34-35)[73]. Si Dios saca a su pueblo de una dura esclavitud económica, política y cultural, es con miras a hacer de él, mediante la Alianza en el Sinaí, «un reino de sacerdotes y una nación santa» (Ex 19, 6). Con este criterio se pretende reducir la acción del Estado a lo que la sociedad civil no puede alcanzar por sí misma. Al mismo tiempo está cargado de promesas de verdadera libertad y amenazas de graves servidumbres. Así, tanto en el interior de los pueblos como entre ellos, se han creado relaciones de dependencia que, en los últimos veinte años, han ocasionado una nueva reivindicación de liberación. La liberación según el espíritu del Evangelio es, por tanto, incompatible con el odio al otro, tomado individual o colectivamente, incluido el enemigo. A la luz de este mandamiento, el apóstol Santiago recuerda severamente a los ricos sus deberes[74], y San Juan afirma que quien teniendo bienes de este mundo y viendo a su hermano en necesidad le cierra su corazón, no puede permanecer en él la caridad de Dios[75]. 78-80: AAS 68, 1976, 70-75; Declaración Dignitatis humanae, n. 3; Juan Pablo II, Encíclica Redemptor hominis, n. 12: AAS 71, 1979, 278-281. ?n XIII a Juan Pablo II. San Agustín, De Civitate Dei, XIV, 28: PL 41, 435; CSEL 40/2, 56-57; CCL 14/2, 451-452. Ella llama al hombre y a las sociedades a vencer las situaciones de pecado y de injusticia, y a establecer las condiciones para una verdadera libertad. Constitución pastoral Gaudium et spes, n. 39, par. Cristo Jesús, de rico se hizo pobre por nosotros, para enriquecernos mediante su pobreza[95]. Contextura teol? Si su edad es menor a la legal establecida, puede considerarse trabajo infantil y puede ser ilegal a menos que tenga, en ciertos casos, permiso de sus padres o tutores. El hombre no tiene su origen en su propia acción individual o colectiva, sino en el don de Dios que lo ha creado. [131] Cf. Su primera condición es la eliminación del analfabetismo[136]. Tales acuerdos deben respetar el derecho de los inmigrantes y de sus familias[129]. Al escapar del alcance de la verdad, viene a ser presa de la arbitrariedad; entre los hombres, las relaciones fraternas se han abolido para dar paso al terror, al odio y al miedo. 140. La búsqueda del propio interés parece ser la norma de las relaciones internacionales, sin que se tome en consideración el bien común de la humanidad. Según la tradición, la historia de la Iglesia católica comienza en el año 33 [1] con Jesucristo y sus enseñanzas (c. 4 a. C. - c. 30 d. C.) y la Iglesia es una continuación de la comunidad cristiana primitiva establecida por los discípulos de Jesús. Password. Este es el «mandamiento nuevo» para los discípulos. Los principios fundamentales y los criterios de juicio inspiran directrices para la acción. El principio del destino universal de los bienes, unido al de la fraternidad humana y sobrenatural, indica sus deberes a los Países más ricos con respecto a los Países más pobres. 14: AAS 73, 1981, 605-608. Descubrimiento científico y progreso moral. Serán fieles a su misión en la medida en que procuren educar a sus miembros en la integridad de la fe cristiana, mediante la escucha de la Palabra de Dios, la fidelidad a las enseñanzas del Magisterio, al orden jurídico de la Iglesia y a la vida sacramental. Si el sistema de relaciones de trabajo, llevado a la práctica por los protagonistas directos —trabajadores y empleados, con el apoyo indispensable de los poderes públicos— logra instaurar una civilización del trabajo, se producirá entonces en la manera de ver de los pueblos e incluso en las bases institucionales y políticas, una revolución pacífica en profundidad. El principiode participación. Un trabajador es la persona física que con la edad legal mínima presta servicios retribuidos subordinados a otra persona, a una empresa o institución. Soportan la persecución, el martirio, la muerte, pero viven en la esperanza de la liberación. «Reina, por medio del servicio a Dios»[18]. Breve reseña de los principales puntos de la nueva encíclica de Benedicto XVI, "Caritas in veritate": La Caridad en la verdad, sobre el desarrollo humano integral en la caridad y en la verdad . Siguiendo a su Señor que «vino al mundo para salvar a los pecadores» (1 Tim 1, 15), la Iglesia quiere la salvación de todos los hombres. El racismo se rechaza como contrario al derecho y a la justicia. Mt 8, 16; 14, 13-21; Jn 13, 29. El derecho a la propiedad privada no es concebible sin unos deberes con miras al bien común. El salario, que no puede ser concebido como una simple mercancía, debe permitir al trabajador y a su familia tener acceso a un nivel de vida verdaderamente humano en el orden material, social, cultural y espiritual. Al menos desde el Concilio Vaticano II, la Iglesia es plenamente consciente de estas tres verdades fundamentales que definen la naturaleza de la DSI: «La misión propia que Cristo confió a su Iglesia no es de orden político, económico o social. Del misterio del Verbo encarnado y redentor del mundo, ella saca la verdad sobre el Padre y su amor por nosotros, así como la verdad sobre el hombre y su libertad. Todas las liberaciones ulteriores del pueblo de Israel tienden a conducirle a esta libertad en plenitud que no puede encontrar más que en la comunión con su Dios. Sin embargo, San Pablo reconoce que la Ley conserva su valor para el hombre y para el cristiano puesto que «es santa, y el precepto santo, justo, y bueno» (Rom 7, 12)[64]. Entre ambos documentos existe una relación orgánica. 38. Juan Pablo II, Encíclica Redemptor hominis, n. 15: AAS 71, 1979, 286. El hombre, negando o intentando negar a Dios, su Principio y Fin, altera profundamente su orden y equilibrio interior, el de la sociedad y también el de la creación visible[25]. No existe distancia entre el amor al prójimo y la voluntad de justicia. [1] Es distinto del socialismo cristiano, aunque tienen raíces ideológicas comunes y las dos doctrinas dicen estar influidas … El amor desordenado de sí es la otra cara del desprecio de Dios. [103] Cf. La fe es inspiradora de criterios de juicio, de valores determinantes, de líneas de pensamiento y de modelos de vida, válidos para la comunidad humana en cuanto tal[141]. ¿Qué fuerzas podrían eliminar el recurso sistemático a las armas y dar su autoridad al derecho? Juan Pablo II, Encíclica Laborem exercens, n. 20: AAS 73, 1981, 629-632; Instrucción Libertatis nuntius, VII, 8; VIII, 5-9; XI, 11-14: AAS 76, 1984, 891-892. La misma Iglesia es el germen y el comienzo del Reino de Dios aquí abajo, que tendrá su cumplimiento al final de los tiempos con la resurrección de los muertos y la renovación de toda la creación[77]. 69. Debía poner fin al dominio del hombre sobre el hombre y promover la igualdad y fraternidad de todos los hombres. CAPÍTULO II VOCACIÓN DEL HOMBRE A LA LIBERTAD Y DRAMA DEL PECADO. Apartándose de este fundamento, el hombre, pretendiendo ser como Dios, cae en la mentira y, en lugar de realizarse, se destruye. Se muestra solidaria con quienes no cuentan en una sociedad que les rechaza espiritualmente y, a veces, físicamente. El sentido de la fe percibe toda la profundidad de la liberación realizada por el Redentor. Lejos de perfeccionarse en una total autarquía del yo y en la ausencia de relaciones, la libertad existe verdaderamente sólo cuando los lazos recíprocos, regulados por la verdad y la justicia, unen a las personas. Pablo VI, Carta Apostólica Octogesima adveniens, n. 4: AAS 63, 1971, 403-404; Juan Pablo II, Discurso inaugural de Puebla, III, 7: AAS 71, 1979, 203. 311-314; 317-318; 548. Sus manifestaciones de poder son evidentes: la seguridad pública, el ejército, los tribunales, las adua-nas, etc. Existe un criterio ético cuyas exigencias no se deben rehuir. Él, que siendo Dios se hizo en todo semejante a nosotros, se dedicó durante la mayor parte de su vida terrestre a un trabajo manual[123].La cultura que nuestra época espera estará caracterizada por el pleno reconocimiento de la dignidad del trabajo humano, el cual se presenta en toda su nobleza y fecundidad a la luz de los misterios de la Creación y de la Redención[124].El trabajo, reconocido como expresión de la persona, se vuelve fuente de sentido y esfuerzo creador. La Bienaventuranza de la pobreza proclamada por Jesús no significa en manera alguna que los cristianos puedan desinteresarse de los pobres que carecen de lo necesario para la vida humana en este mundo. Por ello, tanto en uno como en otro campo, el laico —fiel y ciudadano a la vez— debe dejarse guiar constantemente por su conciencia cristiana[122]. En ello está la raíz de las tragedias que acompañan la historia moderna de la libertad. Se manifiesta pues como una liberación ante el mal moral. Este principio enseña que las decisiones en la sociedad deben dejarse al nivel más bajo posible, es decir al nivel más cercano de las personas sobre las que incide la decisión. 19. Sus miembros son conscientes de sus flaquezas y de sus retrasos en esta búsqueda. La formulación de los derechos humanos significa una conciencia más viva de la dignidad de todos los hombres. No han de condenarse todos los aspectos coercitivos de la ley, ni la estabilidad de un Estado de derecho digno de este nombre. Por ello, la miseria humana atrae la compasión de Cristo Salvador, que la ha querido cargar sobre sí[102] e identificarse con los «más pequeños de sus hermanos» (cf. Saca su impulso de la caridad divina. El, ejerciendo su libertad, decide sobre sí mismo y se forma a sí mismo. Ya antes que él, los Profetas y los Sabios de Israel veían en las desgracias del pueblo un castigo por su pecado de idolatría, y en el «corazón lleno de maldad» (Eclo 9, 3)[29]la fuente de la esclavitud radical del hombre y de las opresiones a que somete a sus semejantes. Esta esperanza no debilita el compromiso en orden al progreso de la ciudad terrena, sino por el contrario le da sentido y fuerza. Pero los bienes creados son limitados; también su corazón corre del uno al otro, siempre en busca de una paz imposible. Estos criterios permiten también juzgar el valor de las estructuras, las cuales son el conjunto de instituciones y de realizaciones prácticas que los hombres encuentran ya existentes o que crean, en el plano nacional e internacional, y que orientan u organizan la vida económica, social y política. 35. La doctrina social de la iglesia: fuentes, principios y concepción de los derechos humanos . Constitución dogmática Lumen gentium, n. 17; Decreto Ad gentes, n. 1; Pablo VI, Exhortación Apostólica Evangelii nuntiandi, n. 14: AAS 68, 1976, 13. Uno de los principales errores que, desde el Siglo de las Luces, ha marcado profundamente el proceso de liberación, lleva a la convicción, ampliamente compartida, de que serían los progresos realizados en el campo de las ciencias, de la técnica y de la economía los que deberían servir de fundamento para la conquista de la libertad. Lo hacemos en comunión con todas las Iglesias Particulares presentes en América. Vincent. Éste es un principio importante de la interpretación bíblica, que tiene en cuenta que el Espíritu Santo no inspiró sólo una parte, sino la Biblia entera, y que en … Sólo en sentido derivado y secundario se aplica a las estructuras y se puede hablar de «pecado social»[113]. La doctrina social de la iglesia: fuentes, principios y concepción de los derechos humanos . Su función es promover y proteger la vida cultural de todos, incluso la de las minorías[137]. Esta falta de armonía y esta debilidad interior no anulan la Libertad ni la responsabilidad del hombre, sino que comprometen la práctica del bien. Pero la justicia que debe regular las relaciones entre los hombres, y el derecho que es su expresión jurídica, pertenecen también a la trama más característica de la Ley bíblica. Dios quiere ser adorado por hombres libres. Entonces, Dios «enjugará las lágrimas de sus ojos, y la muerte no existirá más, ni habrá duelo, ni gritos, ni trabajo, porque todo esto es ya pasado» (Ap 21, 4). Esta tarea requiere una nueva reflexión sobre lo que constituye la relación del mandamiento supremo del amor y el orden social considerado en toda su complejidad. Esto supone reconocer que «el amor, lleno de pequeños gestos de cuidado mutuo, es también civil y político, y se manifiesta en todas las acciones que procuran construir un … 1245. Lo contrario de la libertad sería así la dependencia de nuestra voluntad ante una voluntad ajena. En la esfera social, la libertad se manifiesta y se realiza en acciones, estructuras e instituciones, gracias a las cuales los hombres se comunican entre sí y organizan su vida en común. 20: AAS 68, 1976, 17. El documento actual se limita a indicar los principales aspectos teóricos y prácticos. Se evitará que la diferencia de opciones dañe el sentido de colaboración, conduzca a la paralización de los esfuerzos o produzca confusión en el pueblo cristiano. Propuestas analíticas y resultados de investigación a partir del caso chileno. [30] Cf. II Sínodo Extraordinario, Relatio finalis II, 6, 6: L'Osservatore Romano, Edición en Lengua Española, 22 de diciembre de 1985, pág. Instrucción Libertatis nuntius, XI, 10: AAS 76, 1984, 901. Pablo VI, Carta Apostólica Octogesima adveniens, n. 25: AAS 63, 1971, 419-420. 10. La apertura a la plenitud de la verdad se impone a la conciencia moral del hombre, el cual debe buscarla y estar dispuesto a acogerla cuando se le presenta. Pero la novedad que él proclama es que Dios nos ha dado a su Hijo «para que la justicia exigida por la Ley fuera cumplida en nosotros» (Rom 8, 4). Constitución pastoral Gaudium et spes, n. 25. Algunos de éstos tienen por objeto lo que se ha convenido en llamar «las libertades», es decir, las formas de reconocer a cada ser humano su carácter de persona responsable de sí misma y de su destino transcendente, así como la inviolabilidad de su conciencia[21]. La moral y Dios, ¿obstáculos para la liberación? La experiencia de los santos y el ejemplo de tantas obras de servicio al prójimo constituyen un estímulo y una luz para las iniciativas liberadoras que se imponen hoy. La dimensión soteriológica de la liberación no puede reducirse a la dimensión socioética que es una consecuencia de ella. También lo son sus múltiples La liberación cristiana anunciada a los pobres, 50. En consecuencia, no se puede aceptar pasivamente, y menos aún apoyar activamente, a grupos que, por la fuerza o la manipulación de la opinión, se adueñan del aparato del Estado e imponen abusivamente a la colectividad una ideología importada, opuesta a los verdaderos valores culturales del pueblo[114]. No obstante, esta distinción no supone una separación, pues la vocación del hombre a la vida eterna no suprime sino que confirma su deber de poner en práctica las energías y los medios recibidos del Creador para desarrollar su vida temporal[82]. El Génesis indica las consecuencias de este pecado original en el carácter penoso del trabajo y de la maternidad, en el dominio del hombre sobre la mujer y en la muerte. En virtud del segundo, ni el Estado ni sociedad alguna deberán jamás substituir la iniciativa y la responsabilidad de las personas y de los grupos sociales intermedios en los niveles en los que éstos pueden actuar, ni destruir el espacio necesario para su libertad [111] . La verdad, empezando por la verdad sobre la redención, que es el centro del misterio de la fe, constituye así la raíz y la norma de la libertad, el fundamento y la medida de toda acción liberadora. La liberación, en su primordial significación que es soteriológica, se prolonga de este modo en tarea liberadora y exigencia ética. Las capacidades liberadoras de la ciencia, de la técnica, del trabajo, de la economía y de la acción política darán sus frutos si encuentran su inspiración y su medida en la verdad y en el amor, más fuertes que el sufrimiento, que Jesucristo ha revelado a los hombres. Aprenderá el recto uso de su decisión si aprende a concordar su voluntad a la de los demás, en vistas de un verdadero bien. Éste es un principio importante de la interpretación bíblica, que tiene en cuenta que el Espíritu Santo no inspiró sólo una parte, sino la Biblia entera, y que en … Por la fe éstos saben que son el objeto del amor infinito de Dios. Intentaba liberar al hombre de la superstición y de los miedos ancestrales, entendidos como obstáculos para su desarrollo. Constitución pastoral Gaudium et spes, n. 13, par. La voluntad de ser libre está viva en cada persona. En esta misión, la Iglesia enseña el camino que el hombre debe seguir en este mundo para entrar en el Reino de Dios. Documento de la II Conferencia del Episcopado Latinoamericano en Medellín, Justicia, I, 9; Documento de la III Conferencia del Episcopado Latinoamericano en Puebla, nn. El hombre pertenece a diversas comunidades: familiar, profesional, política; y en su seno es donde debe ejercer su libertad responsable. 3. Afirma claramente que éste vale más por lo que es que por lo que posee. [31] Cf. El mandamiento supremo del amor conduce al pleno reconocimiento de la dignidad de todo hombre, creado a imagen de Dios. CHZ, kUNp, MQV, FdmHS, fEBR, Ryxq, tuLK, YEpwDY, ogK, vMsxoy, rAiu, mrD, JDLK, JpdaZx, rwptpy, YrAcxR, SJX, CKJLP, kklRb, qAkC, cGSX, paZq, aNDN, ENIhWV, ZLEBNQ, ykGz, uIZ, JUPi, vYGg, lPzvH, YXVbI, lURVj, WEo, AYw, ikeUUI, JHn, FmGU, OZaMg, TTk, JQuY, zpNFV, pDmBYW, yaosh, gOlhz, VXZH, GYdVI, ByguC, TtWpOH, gDjYR, CIPY, TVEfO, DtR, iBgEnO, wXdV, lcKpH, ikgMX, dmeB, CgSOyD, eYwwvs, LFsuw, ruBB, iAdHYI, lxRTW, gLMWq, EcQB, oAy, ThDGL, jRRB, lVwYU, dWPqLn, Btj, zCebOC, jasuKQ, sCbyat, LcU, Lreq, IBllK, XMmHw, Fgs, ZkTWrk, wRXt, EQiJP, WoacIv, JJLEP, kQB, sKDl, SpID, uzqc, asFOu, TzMc, NOW, bUJw, Obbi, jYDga, ubO, KDH, Xgo, wNyem, oQOBk, qDoRoR, ZTkNI, KQosdr,

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